Carta a superioras y superiores por la Pandemia COVID 19, 22 mar 2020

Ciudad de México a 23 de marzo de 2020

¡Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección! ¡Ven, Señor Jesús!

Queridas Hermanas y Hermanos Superiores Mayores de México:

Reciban un fraternal saludo de parte de la Junta Directiva Nacional de la CIRM. El día de hoy, hemos tenido reunión por video conferencia, dadas las condiciones que privan actualmente en nuestro país y en el mundo.

Ha sido un espacio para compartir nuestra experiencia interior y reflexión a partir de la pandemia mundial por el COVID-19. Al final de la reunión cada uno de nosotros manifestó un profundo agradecimiento por haber tenido este espacio, que alimenta nuestra esperanza en medio de las dificultades que comienzan a presentarse con más intensidad en cada una de nuestras localidades, afectando las vidas, ritmos, costumbres de quienes formamos parte de ellas. En el caso de nuestras comunidades religiosas afectando mucho los espacios de misión que a menudo nos caracterizan y ocupan gran parte de nuestras energías. Súbitamente, las preocupaciones y las prioridades están cambiando haciéndonos volver a lo esencial de nuestra vida y misión.

Además de la oportunidad de encontrarnos virtualmente para compartir la vida, hemos abordado algunas tareas pendientes acerca de los eventos programados por la CIRM. En estos días les llegará la circular con la comunicación de la suspensión temporal de nuestra Asamblea.

Por otro lado, nos hemos preguntado: ¿Cuál es el aporte que como Junta Directiva podemos ofrecer a los superiores mayores en este momento? Queremos resaltar nuestro deseo de estar cercanos a cada uno, en la esperanza y la oración, pero también decirles que cuenten con nosotros si en algún momento necesitan hablar, ser escuchados, consultar sobre algún recurso. Algo que compartimos con profundo agradecimiento es la cantidad de iniciativas que van surgiendo en la Iglesia y en nuestra querida Vida Religiosa y Consagrada.

Queremos compartir con ustedes algunos puntos que puedan servir de apoyo en estos momentos que nos invitan al discernimiento.

Algunos puntos que nos atañen a las consagradas y consagrados en México, en relación con la pandemia del Coronavirus.

  1. Definitivamente que la gente espera de nosotros como superioras y superiores mayores, y de los integrantes de nuestras congregaciones religiosas, una palabra de reflexión sobre la situación, desde el punto de vista de la fe. También esperan de nosotros invitaciones varias a orar, personal y comunitariamente, de acuerdo con nuestros carismas y recursos tecnológicos. Y acoger su sentir de fe que seguramente alimentará la nuestra.
  1. Esta situación es una clara invitación a ser responsables, sobre todo para no ser factor de contagio a otras personas. Y también a ser corresponsables con el resto de la humanidad, y observar en cada localidad, las medidas sanitarias que indiquen las autoridades civiles y de salud. Cuidar ante todo a la población vulnerable que se encuentra en contacto directo con nosotros.
  1. El momento que vivimos, naturalmente nos debe de llevar a la acción, desde nuestros propios carismas congregacionales. Por ejemplo, quienes están en el área de salud, muy directamente implicados, pero también los demás, como los comprometidos en la educación, a brindar a nuestro entorno las lecciones educativas que nos atañen.
  1. Acompañamiento, desde nuestros carismas, a la población más vulnerable: Los pobres; los que viven al día; quienes habitan hacinados; quienes migran; las personas que padecen ya otras enfermedades crónicas; los niños y los ancianos; los trabajadores de la salud; los choferes de transporte público; los que atienden en los mercados; los que llevan suministros a toda la población; etc., etc. Nuestra solidaridad se debe hacer sentir con todas ellas y ellos.
  1. Incidir en las políticas públicas, locales y nacionales, de manera que este panorama, ante el cual volvemos a las cosas más esenciales de la vida, no se convierta en la ganancia de ciertos sectores. Por ejemplo, las farmacéuticas, si se descubren vacunas y tratamientos, que encarezcan su comercialización. Sino que seamos fuerza que vele por el bien de la humanidad, confiada a nuestra atención pastoral, especialmente por los más vulnerables.
  1. Compartir por diversos medios (Facebook, Instagram, etc.) las distintas iniciativas de nuestras congregaciones, para que sean anuncio de Buena Nueva. Socializar entre nosotros subsidios o materiales que nos ayuden a transitar este tiempo pascual.

Hoy, como en otras épocas de crisis social, resuenan en nuestros oídos las palabras que María de Guadalupe dirigió a Juan Diego, y en él a todo nuestro pueblo: “No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás acaso en mi protección y regazo?”. Seguimos pidiendo a ella junto con el Papa Francisco y toda la Iglesia que por su mediación, Dios detenga esta pandemia, nos fortalezca en la prueba y haga florecer en cada uno de los miembros de nuestros institutos y nuestro pueblo, frutos de vida según el Evangelio.

Nos reiteramos a sus órdenes. Oramos por el Papa Francisco, por toda la Iglesia y por todos quienes en estos momentos llevamos adelante este servicio de autoridad. Que podamos, con nuestras vidas lo que proclamamos gozosos en la eucaristía: “¡Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección! ¡Ven, Señor Jesús!”

Fraternalmente

Junta Directiva Nacional

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