Queridas Hermanas y Hermanos Superiores Mayores de México:
Les saludo con fraternal afecto y tengo la alegría de compartir con ustedes el Plan Trienal de la Junta Directiva Nacional 2017- 2020 de la Conferencia de Institutos Religiosos de México (CIRM).
Durante diez meses de intensidad, aprendizaje y puesta al día, hemos podido constatar la vida que la Ruah (espíritu), sigue haciendo brotar en nosotros llevándonos por caminos imprevistos, sorpresivos y en ocasiones desconcertantes.
¡Con cuánto amor y delicadeza ha querido nuestro buen padre-madre, Dios, acompañarnos y permitir que en nuestro suelo la esperanza siga adelante! Afirmarlo no es con la intención de elaborar un discurso “animoso y optimista hueco”, sino el constatar cómo el Espíritu de Jesús continúa animando la vida de personas y comunidades a quienes ha consagrado para servir amorosamente a su pueblo, algunas de ellas desde la Vida Religiosa.
La Asamblea de la CIRM en Querétaro fue clara en su mandato a la Junta Directiva Nacional: impulsar el compromiso profético místico a favor de la justicia, la paz e integridad de la creación en el país desde la riqueza de nuestros carismas.
Y es a partir de esta afirmación que se ha articulado nuestro Plan Trienal 2017-2020.
Siguiendo el último documento que la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica han publicado, constatamos que Para vino nuevo, Odres nuevos. En la actualidad, en algunas de nuestras congregaciones, se viven dosis de desconcierto, frustración y preocupación, en buena medida ante la disminución numérica de sus integrantes y la incapacidad de las estructuras para continuar con la vida y misión propias.
Ante ese horizonte nos vemos urgidos a encontrar nuevos modelos de gestión de nuestras obras, poder favorecer una vida digna, de calidad, a nuestras hermanas y hermanos mayores, atender las necesidades de formación, ser más flexibles para ir a las fronteras existenciales y acompañar desde nuestro ser discípulos dichas realidades. Y es así que surge la interrogante: ¿Cuáles son los odres nuevos necesarios para el vino nuevo de las realidades que este tiempo nos presenta?
En el presente documento se encuentran los principales frutos de la reflexión de esta Junta Directiva; se quiere vivir estos tres años en un continuo discernimiento para fortalecer aquellas dimensiones que son esenciales a la CIRM, revisar aquellas que respondieron a otros momentos históricos, e impulsar desde una profunda intimidad con Dios los servicios necesarios y la articulación de redes intercongregaciones y con otros actores sociales que buscan el bien común. Todo ello para que la Vida Religiosa en salida sean la mejor expresión del rostro y manos de la misericordia de Dios Padre y Madre, que logre ser riqueza para la Iglesia, pueblo de Dios en camino.
Siguiendo el documento para “Vino nuevo y Odres nuevos” en el número 56 se señala que Vino nuevo, Odres nuevos y vestido nuevo indican un tiempo de madurez y de entereza que no puede ponerse en peligro con combinaciones imprudentes o con compro- misos tácticos, no hay que mezclar lo viejo y lo nuevo, porque cada uno pertenece a un tiempo, es fruto de artes y tiempos diferentes, y hay que conservarlo en su propia genuinidad.
H. José Sánchez Bravo Presidente